ENTREVISTA A GABY ZERMEÑO

Nombre: Gaby Zermeño.
Disciplina de Yoga que practica: Anusara Yoga.
Una postura del Yoga: Depende, me gustan todas; pero hago una específica según lo que necesito en el día. Si necesito calmarme hago flexiones y pranayamas que relajen mi energía.
Algo que disfrute hacer en sus tiempos libres: Amo estudiar, la verdad es que mi tiempo se va entre mi familia y todo lo que tiene que ver con yoga (estudiar y practicar).
Un libro que recuerde mucho: “El Yoga de la Disciplina” de Gurumayi
Un mantra que tenga presente: “La práctica más importante es la que hacemos fuera del tapete de yoga”.

 

Siempre existirán mil formas o posibilidades de llegar de un punto a otro, las rutas que tracemos quizás coincidan; pero el cuadro final de la experiencia siempre tendrá características únicas. Eso mismo sucede en el Yoga, disciplina milenaria que cuenta con distintos estilos o tipos que nos ayudan a conectar con lo que verdaderamente somos. La meta final es la misma, pero las maneras de alcanzar dicho objetivo tienen matices particulares dependiendo de cada estilo de yoga.

Quizás lo ideal sería que cada uno de nosotros tenga la posibilidad de aprender algo de cada uno de ellos para poder elegir aquel con el que se sienta más cómodo. Por eso, con la finalidad de dar a conocer un poco más sobre Anusara Yoga, decidimos entrevistar a Gaby Zermeño, Profesora y especialista en Anusara yoga de México quien estuvo unos días en nuestro país realizando algunos talleres en Lima y Arequipa.

 

¿Gaby, cómo conociste el yoga? Tengo entendido que primero conociste la meditación.

Sí, exactamente. Desde que era pequeña solía cuestionarme muchas cosas todo el tiempo entonces siempre estuve en la búsqueda de respuestas, fue por eso que conocí la meditación. En esa época había aprendido a meditar con una técnica de un maestro chino y, la verdad, me costaba muchísimo. No era una labor sencilla de realizar para mí.

Un día cuando estaba de vacaciones, una amiga quien había tomando un entrenamiento en Austria de Yoga, me dijo que iba a empezar a dar clases y me preguntó si quería participar. Le dije que sí y así conocí el yoga.

Recuerdo mucho que mis primeras clases fueron frente al mar, en una playa que tenía un paisaje hermoso con muchas palmeras. En esa primera clase empecé a mover la energía y fue la primera vez que sentí realmente mi cuerpo, mi alma y mi espíritu. Fue un momento de conexión que no había sentido hasta ese momento y dije “Ah, esto es lo que estuve buscando durante un año con la meditación”.

 

 

Además, tengo entendido que sufrías de dolores en el cuerpo…

Sí, desde los 14 años sufría de dolores terribles en las rodillas y en la espalda baja al grado que no podía ir al cine porque no podía estar sentada más de dos horas o no podía viajar. Era un suplicio estar sentada y solía tomar algún medicamento porque a veces no podía dormir del dolor. Entonces empecé a practicar yoga cada vez que tenía vacaciones y dos años después de estar practicando eventualmente encontré Anusara Yoga.

La práctica de Anusara tuvo un impacto muy fuerte en mi cuerpo. Recuerdo una vez que estaba acostada y sentí que algo me faltaba, reflexioné y me di cuenta que lo que me faltaba era el dolor, entonces pensé, cómo podemos vivir tan acostumbrados al dolor que empieza a formar parte de nosotros. Por eso me enamoré del Anusara, porque es un tipo de yoga con el que pude realmente dejar mis padecimientos gracias a los principios biomecánicos de alineamiento. Esa una de las razones por las que ahora me dedico a compartir el taller de Yoga Terapéutico, porque yo sé qué es vivir con dolencias.

 

“… entendí que lo que siempre había estado buscando era eso [el yoga], algo que me ayudará a mantenerme en mi centro porque las emociones me costaban mucho, me desbordaba”

 

Antes de ser profesora de yoga y de Anusara ¿Cómo era tu vida?

Yo estudié Arquitectura y durante varios años me desempeñé en mi carrera, diseñando proyectos de casas, oficinas, edificios, etc. en Ciudad de México, Guadalajara y otras ciudades. Además, en esa época mis hijos eran pequeños entonces mi vida estaba centrada en mi esposo, mis hijos y mi carrera. Pero siempre buscaba algo, de cierta manera mi alma me llamaba a encontrar algo más allá de todo eso.

Una vez, cuando me hicieron mi carta astral, el chavo que me atendió me dijo “¡ay, Gaby! amárrate una piedra porque a ti las emociones se te desbordan” y entendí que lo que siempre había estado buscando era eso, algo que me ayudara a mantenerme en mi centro porque las emociones me costaban mucho, me desbordaba.

 

¿Cómo y cuándo decidiste dedicarte por completo a enseñar yoga?

Pues, fue muy difícil. Yo empecé a dar clases en el 2004 y solía llevar mi carrera como arquitecta en paralelo al Yoga. Fue recién en el 2012 que decidí dedicarme completamente a la disciplina. Creo que me tomó tantos años porque no quería sentirme presionada. Soy una persona muy apasionada, muy enfocada, pero suelo ir al extremo de ser muy intensa. Para mí el yoga era mi oasis de paz y no quería agregarle la presión de vivir de eso. Pero llega un momento en el que el corazón te llama y el llamado del corazón es tan fuerte que ya no puedes decir “no”, ese momento llegó para mí y decidí dejar completamente la arquitectura y solo dedicarme al yoga.

 

“[con Anusara Yoga] Entendemos que somos espejos mágicos para ayudarnos a crecer y a expandir nuestra conciencia”

 

¿De qué trata el Anusara Yoga?

Anusara Yoga es un tipo de Hatha Yoga que se caracteriza por tres puntos. Primero, tiene una filosofía enaltecedora en la que reconocemos que estamos en esta vida para experimentar lo que verdaderamente somos, para experimentar la felicidad. No es que tengamos que liberarnos de nuestro cuerpo, nuestra mente o nuestras emociones, al contrario, es a partir de todo eso que podemos reconocer que la vida es un regalo que celebrar. Con Anusara Yoga enaltecemos el corazón y le decimos un gran sí a la vida para disfrutarla porque es con el cuerpo, con la mente y a través de todo eso que podemos reconocer que somos parte de esa energía divina. Por ello, la invitación es que no solo quede en nuestro tapete (mat de yoga) sino llevarla a cada instante de nuestra vida. Es por eso que se vuelve una filosofía transformadora, porque cambia la forma cómo vemos las cosas y cuando esto último sucede, todo tu mundo cambia.

La segunda parte son los principios biomecánicos de alineamiento que hacen que tu práctica sea terapéutica ya sea desde una práctica suave y lenta hasta una rápida y avanzada. Si tú te alineas bien eso generará que tu practica sea terapéutica. Estos principios biomecánicos de alineamiento son los que a mí me trajeron tanta sanación.

Por último, la tercera parte está enfocada en la comunidad porque reconocemos que en esta filosofía no despertamos solos, sino que es con el trabajo en comunidad que nos ayudamos unos a otros para este despertar de la conciencia. Entendemos que somos espejos mágicos para crecer y ayudarnos a expandir nuestra conciencia.

 

Gaby, desde tus años en el yoga y como profesora de Anusara Yoga ¿Cuáles consideras que son los principales obstáculos que tenemos para experimentar – vivir – reconocer la felicidad?

El principal obstáculo somos nosotros mismos con la perspectiva que le ponemos a nuestra vida. Si con los lentes con los que ves la vida has aprendido que la felicidad se consigue en las cosas externas y que las cosas a tu alrededor deben ser como tú quieres para ser feliz, pues no vas a poder experimentar la felicidad completa porque la vida siempre está cambiando.

Cuando volteamos a ver hacia adentro y reconocemos que la felicidad es un estado interno al que podemos llegar, entonces ahí la forma de ver la vida cambia. Cuando tú conectas con la felicidad desde adentro y la dejas de buscar afuera, empiezas a vivir en un espacio más expandido y todo lo que suceda en tu vida lo verás como una forma de aprendizaje o una manera de disfrutar más de la vida.

 

“… veo que estamos usando las herramientas del yoga para sentirnos mejor, pero en muchas ocasiones terminamos generando un desbalance en nosotros mismos”.

 

Finalmente, cuéntanos un poco de qué trata el taller que has dictado este mes en Lima y cómo te animaste a venir al Perú.

En realidad, estoy en una gira por América del Sur en la que visitaré Perú, Argentina y Chile. Mi primera parada es Lima con un taller que se llama “Crea una practica Terapéutica”, un taller nuevo que estoy muy contenta de ofrecer porque es una combinación de la parte física, con los principios biomecánicos de alineamiento, y la parte energética. He decido dictar el taller porque veo que estamos usando las herramientas del yoga para sentirnos mejor, pero en muchas ocasiones, terminamos generando un desbalance en nosotros mismos.

Por ejemplo; si somos personas activas, lo que en Ayurveda se conoce como Pitta, buscamos hacer una práctica fuerte e intensa porque ahí nos sentimos cómodos, pero eso no quiere decir que tu cuerpo lo necesite. Del mismo modo, si tú eres una persona que le cuesta trabajo hacer ejercicio, eres más calmada (Kappa), vas a buscar practicas más restaurativas, más tranquilas; pero lo que realmente necesitas es activar más tu cuerpo. Esto se da porque cuando tú estás en desbalance tiendes a buscar algo que refuerce ese estado porque es ahí donde te sentirás cómodo. No es lo mismo lo que te gusta hacer a lo que realmente necesitas o debes hacer.

Por tanto, con el taller busco la unión entre la ciencia del yoga y el Ayurveda para encontrar ese equilibrio. Para ello, uno debe saber reconocer cuáles son las posturas o pranayamas que te activan y cuáles relajan tu sistema parasimpático. Aprender todo eso para usarlo como un botiquín médico, no solo para la parte física sino también para la parte energética que logrará impactar en la parte mental y emocional.

 

 

 

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||| Entrevista realizada por: Claudia Chalán Ayala, Relaciones Públicas y Prensa – lāal.