UNA FAMILIA CONECTADA ES EL MEJOR REGALO PARA UN NIÑO – Entrevista a Patricia Perea

Cada 20 de noviembre se celebra el Día Mundial del Niño, una fecha que nos recuerda el compromiso de construir una sociedad donde cada niña y niño del país pueda crecer y desarrollarse en las mejores condiciones.  En ese contexto, decidimos conversar con Patricia Perea, psicóloga de profesión, quien cuenta con una amplia experiencia en la práctica de la meditación y especialista en yoga para niños, adolescentes y familias.

 

“[Los niños] Son seres puros que se muestran tal y como son, no se complican la vida.”

 

 

¿Por qué decidiste trabajar con niños?

Porque soy una niña grande [risas]. Yo me siento mejor entre los niños porque son genuinos, ellos siempre dicen las cosas como son, sin máscaras. Son seres puros que se muestran tal y como son, no se complican la vida. Son más síquicos que nosotros, sienten mucho más que nosotros.

Trabajar con niños es lindo, pero es necesario tener vocación y pasión porque son seres con mucha energía que demandan tiempo y energía, yo me encuentro muy cómoda trabajando con ellos.

 

¿Cómo son los niños de ahora?

Los niños de ahora son una generación cien por ciento tecnológica, son más despiertos y al mismo tiempo más sensibles. Muchos de ellos pertenecen a familias donde mamá, papá o ambos trabajan constantemente; entonces para llegar a ellos, tengo que prepararme constantemente para realizar una orientación y acompañamiento adecuado.

 

 

“[El yoga para niños] es un maravilloso regalo de empoderamiento mental, una herramienta para enfrentar los diferentes retos que ellos van a tener que superar en su vida…”

 

¿De qué manera aporta el yoga en el desarrollo de un niño o niña?

Son muchos los beneficios que un niño puede obtener con el yoga, entre ellos, por ejemplo; ayudarles a mejorar su concentración y a conectar con todo su ser a través de las posturas que realizan. Los niños de hora tienen una habilidad mental increíble, pero en muchos casos no están conectados con su cuerpo o con sus sentimientos.

Además, el niño tendrá mayor tolerancia a las frustraciones porque en su experiencia quizás al inicio no podrá lograr realizar todas las posturas, pero aprenderá que con la práctica constante irá mejorando poco a poco. Del mismo modo, logrará mejorar su orientación espacial; saber dónde esta la derecha, la izquierda, arriba, abajo y dónde está cada parte de su cuerpo. Por último, le permitirá incrementar la flexibilidad física y mental.

Yo siempre recomiendo a los padres que acerquen a sus pequeños al yoga porque es un maravilloso regalo de empoderamiento mental, una herramienta para enfrentar los diferentes retos que ellos van a tener que superar en su vida, les ayudará a tener una mente positiva y porque se van a conectar con sus cuerpos y emociones. Sin embargo, más allá de la práctica del yoga por parte de los niños, considero importante que toda familia pueda integrarse dentro de la actividad y con ello puedan darles una experiencia única a sus hijos, un momento que jamás van a olvidar.

 

“Ellos deben tener claro que mamá o papá quizás no estarán todo el tiempo para ellos, pero que el tiempo que les van a dedicar será valioso”.

 

 

¿De qué manera se puede lograr eso con el yoga?

A través del yoga para familias. Es importante que como sociedad podamos entender que más allá de todas las comodidades que podamos darles a nuestros niños, es vital brindarles calidad de tiempo. El ritmo de vida, la exigencia laboral y económica que tienen los padres muchas veces hacen que no puedan dedicarle muchas horas al cuidado de sus hijos. Eso se entiende porque todos tenemos responsabilidades que afrontar; sin embargo, eso también debe ser transmitido a nuestros hijos. Ellos deben tener claro que mamá o papá quizás no estarán todo el tiempo para ellos, pero que el tiempo que les van a dedicar será valioso.

Una manera de lograr una experiencia de conexión familiar valiosa es a través del yoga para familias, una actividad que puede ser realizada de forma grupal o de manera personalizada, porque será un momento de re vinculación entre todos los integrantes de la familia.

El movimiento sensorial y las actividades que realizarán, permitirán que todos se vean tal y cómo son, sin juicios ni expectativas; será una purificación de cuerpo y mente para todos. Por ejemplo, muchas veces como hijos creemos que nuestros padres son perfectos, así los vemos, y por eso les demandamos tanto. Sin embargo, cuando hacen yoga en conjunto se dan cuenta que quizás a papá no le sale una postura o mamá no tiene tanta flexibilidad; entonces se van viendo cada vez más humanos.

En esa hora que se practica yoga los padres vuelven a ser niños y el niño podrá acercarse más a mamá o a papá porque muchas veces como padres ponemos muchos límites sin darnos cuenta y no vemos que lo que nuestra hija o hijo necesita es que seamos sus amigos, que los escuchemos sin juzgar y que nos involucremos con ellos.

En un mundo donde reina la inmediatez, brindarnos una hora donde podamos estar presentes en nuestros cinco sentidos para nuestros seres queridos es realmente un regalo. Un valioso momento que estoy segura nuestros hijos jamás olvidarán.

 

 

 

||| Entrevista realizada por: Claudia Chalán Ayala, Relaciones Públicas y Prensa – lāal.