ENTREVISTA A PERCY GARCÍA – PARTE 2

Nombre: Percy García.
Disciplina de Yoga que practica: Todos los días practico asanas, Pranayama y meditación.
Hace cuántos años descubrió yoga: Hace 38 años.
Una postura del Yoga: Agnistambhasana, lo hago contra la pared porque tuve un accidente donde me rompí la pierna y la cadera. Debido a eso, mi cadera siempre se desalínea; por eso, hacer dicha postura contra la pared me da el ángulo apropiado para alinearla.
Algo que disfrute hacer en sus tiempos libres: Me gusta leer textos originales como Yoga Sutra y Bhagavad Gita. Últimamente también he estado leyendo a varios comentaristas de dichos textos.
Un libro que recuerde mucho: Bhagavad Gita
Un mantra que tenga presente: “Para el alma nunca hay nacimiento ni muerte; habiendo sido una vez nunca deja de ser jamás. Es eterna, naciente, inmortal y primordial. No perece cuando el cuerpo perece”. Esa parte del texto del Bhagavad Gita es algo que siempre está en mí.

Todos tenemos una historia con el yoga. Cada uno de nosotros llegamos a él de distintas maneras, en distintos años, a distintas edades y en diferentes etapas de nuestras vidas. Quizás, la semejanza de todas nuestras historias es que, casi la totalidad de nosotros, conocimos el yoga dentro del mundo occidental. Sin embargo, la historia de Percy García, fundador y director del Centro Veda, es muy particular pues aprendió y conoció el yoga desde la esencia misma de la cultura védica a la edad de 12 años, cuando su madre decide enviarlo a la India con su maestro espiritual para evitar que caiga en el mundo de las drogas, como había pasado con sus hijos mayores. De esta manera, Percy se conecta con la sabiduría oriental e inicia su aprendizaje sobre los Vedas en su tradición original, ortodoxa, con los textos originales y en sanscrito.

Desde esa época hasta hoy han pasado más de 30 años; por ello, decidimos conversar un poco con él para conocer más sobre su historia y su visión sobre la vida a través de las siguientes preguntas.

(Parte 2)

¿Qué es el “dharma”?

Todos nosotros tenemos una mente específica y un cuerpo específico. Dharma se traduce de varias maneras: propósito, deber. Todos tenemos un propósito, un deber que necesita estar alineado de acuerdo a tu cuerpo y a tu mente. Debe existir una armonía entre la acción que tú haces y tu cuerpo y tu mente deben estar armonizados para ejecutar esa acción. Por decir, yo no tengo el temperamento de trabajar en una empresa o una oficina de 9 a 6 de la tarde. No lo tengo, no puedo. He intentado, no me resulta porque mi naturaleza es más independiente. Entonces, todas las personas debemos encontrar una actividad que vaya de acuerdo con nuestra mente y con nuestro cuerpo. Ese es el primer paso en Dharma.

Y ¿Cuáles son o serían las señales que me indican que estoy viviendo en “dharma”?

Primero, saber que “lo que haces, te hace feliz”, eres feliz porque no hay una lucha contra lo que haces, lo que haces fluye de ti; ¿por qué fluye? porque, otra vez, tú tienes la inclinación mental y física para hacer eso. Ese es el primer síntoma: lo que haces, la acción en sí, te hace feliz. Una persona que ha encontrado su dharma no necesita vacaciones, no necesita los fines de semana. No está pensando “viernes, quisiera que venga el viernes”. Una persona que vive en dharma ama lo que hace.

O angustiándote por el lunes…

Exacto. La segunda señal es, cuanto tú eres feliz haciendo algo lo quieres repetir. No hay aburrimiento, no se vuelve monótono. La repetición se da por sí misma, no buscas estímulos externos. Hoy en día el estímulo externo, especialmente para los millenials, es muy importante; pero cuando tú encuentras algo que te gusta, repetirlo te hace feliz, no te desgasta. En esa repetición, tú desarrollas maestría. La repetición es la madre de la maestría.  Entonces, primero te hace feliz, luego lo repites; cuando lo repites desarrollas maestría y cuando desarrollas maestría el mundo te paga bien. El mundo será recíproco contigo.

A todo eso tienes que agregarle que lo que estás haciendo agrega valor a la vida de las personas, al mundo. Lo que estás haciendo vale. Si tú eres feliz haciendo algo, repites, desarrollas maestría y lo que haces agrega valor, es inevitable que el mundo te retribuya. Ahí estás viviendo el Dharma.

 

“La felicidad está en querer menos y querer lo que tienes en este momento”

 

 

Ahora se habla mucho de conexión espiritual, pero ¿qué es realmente estar conectado? ¿Cómo identifico esa conexión?

Vivir más conectados significa que tu mente no esté desconectada del momento. Yo estoy aquí ahora conversando contigo, pero si estuviese pensando, cómo quisiera estar en Australia, en las playas azules; estaría desconectado. La desconexión se debe a la cantidad de deseos que tenemos. Por eso, uno de los principios en yoga se llama Santosha que significa estar satisfechos. Parte de esa satisfacción viene de estar contento con lo que tienes en este momento. Eso no significa que no progreses; significa caminar, progresar, ir en una dirección satisfecho con uno mismo. Si yo desearía no estar acá entonces no estaría presente, estaría desconectado contigo, desconectado de todo este momento.

Conexión es minimizar deseos, conexión es no hacerle mucho caso a la mente porque la mente siempre quiere cosas porque piensa que la felicidad está en querer más, en tener más. En realidad, la felicidad está en querer menos y querer lo que tienes en este momento.

Y a medida que crecemos nos llenamos de más deseos…

Sí, pero al final lo único que deseamos es amor, hacemos bastante escandalo para eso. Desde que naces hasta que mueres, eso no cambia. Esa es la verdad axiomática del ser humano, sin amor no puede vivir. Yoga es un proceso que te conecta contigo mismo, conecta con tu ser para que tú puedas experimentar esa experiencia profunda del ser humano. La verdadera conexión es reconocer que lo que tú quieres es eso, amor. Lo que suele ocurrir es que reducimos la experiencia del amor al amor romántico. El amor romántico es bueno; de hecho, es una experiencia de amor indispensable en la vida del hombre como en la vida de la mujer. Pero también necesitamos amor por todo, amor por la vida, amor por lo que haces, amor por uno mismo, amor a los seres que te rodean, amor por el mundo. Eso es lo que verdaderamente queremos. Sino que no lo identificamos de esa forma porque tenemos conceptos y deseos erróneos.

Qué es éxito, qué es deseo de éxito en este mundo sino amor por uno mismo. Qué cosa es deseo de uno mismo sino querer que otros te respeten, que otros te respeten es que otros te amen. El objetivo último es el amor. Pero a veces vivimos desconectados de esa verdad. El empresario que quiere ser exitoso, lo que está buscando es amor. El político que quiere tener poder lo que está buscando es amor, respeto de otros.

¿Siente que estamos actualmente en un despertar espiritual?

Yo creo que ahora estamos atravesando una revolución espiritual más grande que en los años 60s, y que se está haciéndose de otra forma. Lo interesante de esta revolución espiritual es que está siendo liderada por mujeres.

 

 

¿Por qué cree que las mujeres lideran esta nueva revolución?

Porque creo que la mujer en sí, es más honesta consigo misma. El hombre combate su dolor distrayéndose mientras que, lo que yo veo, es que las mujeres tratan de enfrentar eso. Por eso esa búsqueda, porque quieren lidiar con algo, quieren sacar algo, quieren encontrar algo. Yo veo más honestidad de parte de las mujeres al enfrentar eso.

¿Cómo nace el Centro Veda?

Yo solía dar muchas conferencias en diferentes lugares, era más fácil. Pero me di cuenta que necesitamos un punto donde la comunidad se reúna, necesitamos un espacio físico. De ahí nace la idea del Centro Veda. La forma como yo sistematizo lo que enseño es bien simple: el enfoque tiene que ser la evolución de consciencia porque cuando la consciencia evoluciona, todo mejora (salud física y mental). Cuáles son los pasos prácticos para ello: pensamiento, respiración, movimiento y comida.  Si es que yo tengo buenos pensamiento, buena respiración, mi cuerpo se mueve y me alimento bien, es inevitable que mi consciencia evolucione.

Entonces, el alimento es algo muy importante; por eso decidimos abrir el restaurante con el enfoque de comida que te ayuda a evolucionar la consciencia: 100% vegana, no tiene ninguna violencia, ayuda al planeta, es fácil de digerir y ayuda a la salud de las personas. Todos los procesos en el restaurante son procesos naturales, no utilizamos aditivos. Todo el concepto parte de ahí, un lugar donde las personas vengan y tengan un ejemplo práctico de cómo alimentarse bien, cómo respirar bien, cómo moverse bien y cómo pensar bien. Enseñamos meditación y filosofía para los buenos pensamientos, yoga que te da buen movimiento y respiración y también enseñamos ayurveda para la buena alimentación. Mi filosofía siempre fue, si yo puedo ayudar a las personas a que se muevan mejor, respiren mejor, se alimenten mejor, tengan mejores pensamientos; voy a ayudar a la evolución, entonces el espacio físico es una expresión de todo eso.

 

 

¿Cómo va el yoga en el Perú?

Yo creo que el yoga en el Perú todavía no ha comenzado. Creo que lo próximo que se viene es una corriente, un grupo de personas que se dediquen seriamente a practicar y a enseñar yoga.  Estoy seguro que llegará el momento en el que un profesor de yoga va a tener un rol tan importante como un psicólogo o un médico.

 

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||| Entrevista realizada por: Claudia Chalán Ayala, Relaciones Públicas y Prensa – lāal.