La práctica y el desapego: Opuestos que se complementan

Patanjali escribió en sus Sutras (textos sagrados que se refieren a la práctica de yoga) instrucciones detalladas para alcanzar la Iluminación. Si aplicamos sus escritos a la vida diaria, encontraremos herramientas muy útiles para crecer como personas, tanto a nivel individual como social.

Los sutras hacen referencia a dos conceptos muy importantes: Abhyasa y Vairagya. Estos se refieren a la práctica y el desapego, que son fuerzas opuestas en la práctica pero a la vez complementarias para lograr el balance. Al analizarlas, es muy interesante ver como se aplican no solamente en la práctica de asana (posturas) y en la práctica de meditación, sino también a todo lo que uno hace en la vida. 

Abhyasa o Práctica 

Significa mantener un esfuerzo constante, no rendirse, estar ahí insistiendo con lo que uno quiere. Los sutras describen la práctica como “el esfuerzo hacia la quietud”. Esto quiere decir, esforzarte para mantener calma y no-movimiento. 

A nivel de práctica de asana esto se entiende como la estabilidad que debe tener una postura. La estabilidad es lograda con la contracción muscular, por ejemplo al hacer un esfuerzo en ajustar los muslos, en rotar internamente las piernas, en levantar el pecho, etc. 

A nivel de meditación, la práctica requiere buscar la quietud del cuerpo pero sobretodo buscar la quietud de la mente. Esta se va logrando progresivamente prestando atención a la respiración o usando alguna otra técnica de meditación (cantar mantras en la mente, repetir mantras con un mala, mirar fijamente a una vela, etc). Esto requiere de mucho esfuerzo mental.

Llevándolo a la vida diaria, constantemente tenemos situaciones en las que el ruido y el movimiento de la ciudad hacen que nuestra mente genere ruido y movimiento. Por ejemplo: te despiertas y sales a la calle. Bocinas y sonidos de motores, el sonido de un avión pasando, muchas personas caminando en diferentes direcciones. Nuestra mente procesa toda esta información y trata de alinearse con ella, es ahí donde aumentan los pensamientos tales como: “recuerda que no debes perder tiempo, camina más rápido”, “tienes que hablar con alguien, haz una llamada”, “revisa tus mensajes en el celular”, y esto nos genera tensión (o stress) física y mentalmente. 

Vairagya o desapego

Se refiere a dejar ir tu atención de un objeto. A veces nos aferramos a algunas cosas que sabemos que no nos hacen bien, sin embargo, nuestro ego se envuelve y nos quiere convencer de lo importante que es, lo que nos confunde y nos hace aferrarnos.

A nivel de asana se refiere a relajar un músculo, dejar ir la tensión y relajar conscientemente. La tensión y relajación muscular puede ser voluntaria o involuntaria. Con el paso del tiempo creamos mucha tensión en nuestro cuerpo de forma involuntaria debido al stress que vivimos. Al relajar y soltar un músculo estamos haciendo espacio en nuestro cuerpo pero sobretodo en nuestra mente, pues estamos dejando ir alguna molestia o recuerdo que fue la que generó esa contracción muscular involuntaria. 

A nivel de meditación, vairagya se refiere a dejar ir a todos los pensamientos, emociones y sentimientos que aparecen en mente para lograr un estado de presencia. Al estar presente es posible profundizar en meditación. 

Llevando este concepto a la vida diaria, el objeto a dejar ir puede ser la tristeza o angustia que nos produce un recuerdo o puede ser un deseo o ansiedad por alguna situación futura. Estos pensamientos suelen ser los que nos hacen daño pues nos crean veneno emocional, no estamos resolviendo nada al traerlos a la mente sino que, por el contrario, estamos inventando teorías sobre la situación sin llegar a ninguna solución. 

Perdonar es dejar ir. Cuando uno perdona constantemente alcanza un estado de tranquilidad sorprendente. No es coincidencia que es posible llegar a un estado de meditación profundo, comparable con el que experimenta un monje budista con más de 20 años practicando meditación, si uno dedica uno o dos días únicamente a hacer memoria de personas a las que no les perdonó algo, así sea algo mínimo, y se decide a perdonarlas. La ciencia confirma lo que la sabiduría hindú nos viene diciendo hace miles de años.

Practiquemos el yoga en cada momento, hablándonos con amor, perdonando inmediatamente cualquier situación en la que nos sintamos ofendidos, ofreciendo nuestra ayuda desinteresada a los que sabemos que la necesitan.

||| Artículo escrito por: Niko Kisic, Director de THE YOGA WORKSHOP y profesor en LIMA YOGA.