El Yoga como experiencia espiritual
¿Te pasó alguna vez? Estás echada en savasana y sientes tu cuerpo vibrando. Sientes que eres un conjunto de miles de millones de células y todas están moviéndose. Te imaginas como una masa de energía flotando y ya no como ese chico inteligente con un trabajo seguro. Te olvidaste que ayer recibiste una noticia fuerte, esa que cada vez que recuerdas te da un golpecito ahí adentro, donde duele. En fin, si alguna vez has vivido algunas de estas experiencias: vas por buen camino, pues allí comienza el Yoga.
El Yoga va detrás de la mente racional, detrás de tu personaje, de tus recuerdos, conocimientos, creencias y emociones. Te lleva más allá de tus sueños (y no lo digo de forma poética), pues te hace trascender todo deseo y apego.
La práctica física te ayuda a estimular el cuerpo físico y a abrir los canales energéticos (cuerpo energético), desde ahí puedes sentir un profundo estado de calma, muy diferente a lo que experimentamos durante un momento cualquiera. Luego, al echarte en savasana las sensaciones se hacen más fuertes, pero ahora sin esfuerzo físico. Te levantas y te sientas en postura de meditación. Eres consciente de la vibración de tu cuerpo, todavía presente, estás lista para el siguiente paso. Usando la concentración ganada en la práctica dejas de sentir tu cuerpo. Te retiras de los sentidos. Decides no poner tu atención allí. Te vuelves testigo de algo trascendental, que ya lo sabías por la razón pero no por la experiencia: eres un Espíritu. Y bueno, sí, habitas en un cuerpo humano.
Junto con esta experiencia, que puede durar menos de un segundo, vienen algunos pensamientos muy reconfortantes. De un momento a otro comprendes que ninguno de tus problemas es tan grande como creías, que debes aprovechar al máximo tu tiempo en vida porque es limitado, que la muerte es solo una transición y siempre estuvo incluida en el paquete.
Ahora sabes que puedes volver a sentarte en meditación y experimentar esta calma cada vez que lo necesites, y esa es una excelente razón para practicar siempre.
||| Artículo escrito por: Niko Kisic, Director de THE YOGA WORKSHOP y profesor en LIMA YOGA.